
Lo primero que me viene a la mente al momento de comenzar a teclear este texto es: ¡Gracias Dios por este nuevo Lunes! Cuando aprendes a valorar cada día de tu vida, los lunes no son una carga, son una bendición, iniciar la semana laboral y de actividades varias, denota vida, nos indica que somos útiles, productivos, que estamos haciendo lo mejor que podemos por alcanzar nuestras metas y, cuando tenemos hijos, no hay día que no sea importante cuando se trata de estar a su lado, cada segundo cuenta.
Cuando vivimos con propósito, nos movemos en función de nuestros sueños e ideales, de lo que anhela nuestro corazón; nuestros pensamientos y nuestras acciones se alinean hacia todo lo que nos aporte algo que nos permita avanzar.

Hoy mientras estaba en mi oficina, bastante ocupada, como me gusta, por momentos pensaba en lo agradable que es sentirse parte de algo importante, porque la función de cada persona en su sitio de trabajo, cualquiera sea su tarea, es solventar una necesidad para un bien mayor; es un trabajo en equipo, un engranaje en el que todos aportamos nuestro mejor esfuerzo (al menos es el deber ser) para que las cosas funcionen bien.
Por eso, pienso que mientras estemos en un empleo, trabajo o tarea asignada, debemos hacerlo bien, si no estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros, entonces debemos reconsiderar el hecho de estar allí, ya que es algo que le hace daño tanto al entorno, como a nosotros mismos. Normalmente nos quejamos a diario de lo que ni siquiera nosotros hacemos.

La vida es una sola y si mantenemos una buena actitud y la mente abierta, podemos encontrar siempre mejores formas de vivirla y de ser alguien que aporta y no que resta, porque peor que quien no ayuda, es quien molesta y una forma de molestar es ocupando una posición de un trabajo necesario y no hacerlo bien, ya que no está permitiendo que otra persona, que quizás sí lo aprecie, pueda asumirlo.
Días atrás conversábamos con nuestros hijos acerca del sentido de la frase que dice algo como : quien trabaja en lo que le gusta, en realidad no trabaja, y es que no tenemos que vivir sentenciados perpetuamente a hacer lo que no nos gusta, pero es nuestra tarea encontrar el camino que nos lleve hacia eso que sí nos gusta, es nuestra responsabilidad, otro no puede hacerlo por nosotros y no es algo sencillo, requiere esfuerzo, dedicación, enfoque, disciplina, constancia... pero sobre todo, necesitamos saber qué es lo que queremos.
Por fortuna, el paisaje es hermoso y hay belleza donde quiera que miremos...

La vida desde el agradecimiento, es una vida llena de bendiciones.

Gracias a todos ustedes por tanto...

Las fotografías mostradas son de mi propiedad.
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